viernes, 6 de noviembre de 2009

El destino…


No quiero hablar de castigo, de conjeturas, de progresismo mal entendido, de mano más abierta o más cerrada. Ya es tarde para hablar de coronaciones, de baculazos o calladas por respuesta. Me dá igual lo que digan los favorables, los detractores y los que nunca se mojan. Era poco probable que Fray Carlos se quedara en Sevilla, y pensándolo bien, podía haber sido hasta peor….
Ahora sólo queda despedirse de Amigo y por más que a algunos le cueste, darle a Asenjo un voto de confianza; yo personalmente se lo doy porque veo lo que al hombre se le viene encima y…

jueves, 5 de noviembre de 2009

De pregones y pregoneros


Las quinielas lo cantaban desde hace tanto que ya puede que muchos no contaran con ello. Yo tendría doce años cuando empecé a escuchar que García Barbeito pregonaría desde el Maestranza la Semana Santa de Sevilla. Lo que no sabía es los años que tardaría en que eso llegara. Muchos lo afirmaban este año, y al fin se produjo el nombramiento.

El problema en este tipo de cosas es que todo el mundo opina, pues todo el mundo entiende. Muchos creen que sólo debe ser materia de periodistas o escritores, muchos piensan que profesionales de otras áreas por su condición de cofrades son capaces de ensalzar la Semana Mayor. Siempre hay quien dice que a fulano se le pasó el momento, que mengano tiene escrito el pregón desde hace tiempo, y que al otro, el que toma café con fulano, se lo escribió mengano cuando lo dio hace años ya…
También comienza el análisis a su vida, su trayectoria, otros pregones, comparativas para discernir si estará a la altura… Esta ciudad ingrata, con sus ingratos ciudadanos, se convierte en juez y parte, en exigente público y astuto censor. Se olvida esta urbe, de que alguna vez aplaudió lo fácil, de que en ocasiones se contentó con lo esperable o celebró lo evidente.

Se hacen cálculos de todo tipo, conjeturas y predicciones. Se comienza a entrevistar al pregonero, escudriñando sus palabras, e intentando adivinar que esconde para el atril.
Una misma historia que cada año se repite, con sus ritos, ceremoniales, costumbres… al fin y al cabo, hace no mucho escuché a alguien decir que de cualquier cosa repetida por más de dos años los sevillanos hacemos gala de tradición…

Sendos meses nos quedan hasta que suene Amarguras otra vez por el Paseo Colón, meses para que el pregonero se olvide de los que le precedieron y los que le seguirán, meses para olvidarse del mundo y pensar en lo único que importa, anunciarle a Sevilla la llegada de la Semana Santa, porque todo el mundo en el fondo sabe, que todo lo demás, es eso, lo demás.


Foto: Artesacro

lunes, 24 de agosto de 2009

Setenta y cinco mitras no son nada…


Aquella noche la Hermandad parecía más Hermandad que nunca. Esta que escribe sólo contaba con ocho años, pero conserva intacto el recuerdo de aquella noche en que al fin, de forma oficial la Fervorosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Salud y Buen Viaje, María Santísima Madre de los Desamparados, San Juan de Ribera y Protomártir San Esteban, volvía finalmente a su casa. El exilio había sido cerca, en San Ildefonso y ciertamente apenas habíamos salido de ese barrio que no es barrio, pero regresar a tu hogar siempre es una alegría.
Hasta la fecha, yo nunca había presenciado una misa de don Carlos Amigo con la conciencia suficiente. En aquel fantástico año 1994 que siempre quedará en mi memoria por muchos motivos, yo me preparaba para recibir la Primera Comunión, lo cual hacía que mi atención en cualquier acto religioso se multiplicara por cuatro. Tres cosas llamaron mi atención por encima del resto: la cantidad de incienso que se usó, la extensión de la Eucaristía y algo que el Arzobispo llevaba en la cabeza. Concluida la misa, le pregunté a mis padres por el tercer punto. Ellos obviamente sabían la respuesta pero tal vez por hacer la gracia, me dijeron que se lo preguntara a un conocido de muchos de los que leen este blog; Miguel Andréu. Supongo que porque Miguel siempre ha sido una especie de enciclopedia cofrade, consideración que aumentó por la Puerta Carmona cuando junto con su equipo consiguieron la famosa Rosa de Pasión del programa Cruz de Guía, me remitieron a él. Me dirigí a Miguel con mi pregunta, este me puso una mano en el hombro y me dijo muy solemne:
- Merceditas, ahora te preguntas como se llama, cuando seas mayor te preguntarás como consigue sostenerla en la cabeza. – dicho lo cual, se fue a saludar a alguien. Yo me quedé con una nueva duda y sin resolver la anterior, hasta que mi madre dijo la palabra mágica, mitra.
Son extrañas las asociaciones mentales, cuando hoy leí que don Carlos cumple setenta y cinco años, me he acordado de esta historia. Más tarde, esa misma noche, el Arzobispo me saludó, pues le llamaba la atención una niña pequeña en ese acto. Siempre tuvo mucha simpatía a los niños, pues seis o siete años atrás, según me han contado, salía él de una misa también en San Esteban, y al verme en brazos de mi madre, me hizo una carantoña en el moflete; yo que era afable y fácilmente secuestrable, le eché los brazos, don Carlos correspondió cogiéndome y Martín Cartaya inmortalizó el momento. Lamentablemente no tengo esa foto, aunque espero poder localizarla algún día.
También he estado pensando en el LXXV Aniversario de la Virgen de mi Hermandad, y asistí a aquel Pontifical tan especial en el Parlamento, llevando mantilla por primera vez en mi vida, mientras que mi hermano, que lo asistía como monaguillo en el altar, acusaba el madrugón de aquel día.
Lo dicho, es curioso la de recuerdos diferentes que se pueden conservar de alguien que ha estado ahí tanto tiempo, que ha dicho cosas con las cuales no he estado de acuerdo, que ha dicho cosas ante las cuales me he quitado el sombrero, que se ganó el cariño de una ciudad a la que él aprendió a querer, con todas sus geniales virtudes y todos sus enormes defectos, una ciudad en la que como en todas partes, hay quien le quiere más y quien le quiere menos, pero siendo realista, con “la guasa” que tenemos los sevillanos para muchas cosas, el balance de afectos creo que es muy positivo.
A pesar de gestos y detalles del Arzobispo Coadjutor, que hicieron las delicias de gran parte del “mundo morado”, que un poco de polémica nunca está de más, no quiero precipitarme en mis opiniones hacia este señor, y prefiero esperar a ver como resulta. Pero al igual que digo esto, no niego que al Cardenal lo vamos a echar mucho de menos, seguro. Sólo espero, que sea cual sea su próximo destino, él esté bien, porque está visto que pedir que se quede en Sevilla o no muy lejos, va a ser complicado.

Y por cierto, si alguien sabe cómo se sostiene la mitra… porque lo de las horquillas lo descarté a los diez años o así.

miércoles, 22 de julio de 2009

Como una Cruz de Julio

A veces el sentimiento de culpa o los remordimientos son tan grandes, que no te permiten hacer nada de pura vergüenza. Empecé este blog con poco tiempo y mucha ilusión. Más o menos sigue igual, aunque siendo sincera, el tiempo no me escasea tanto, pero por algún extraño motivo, no soy capaz de llevar a cabo ideas y proyectos que tenía para este sitio. Cierto es, que me gustaría hacer las cosas bien, mucho mejor de cómo las vengo haciendo, y aportar aquí contenidos que si bien no digo que sean de calidad, cumplan al menos las expectativas que tenía para este lugar. Pero lo dicho, no sé qué ocurre. Quería haber hablado y analizado ciertas cosas de la Semana Santa que se fue. Ha sido tan buena, tan completa, tan enriquecedora… Ha habido cosas, como siempre, que no han sido tan buenas, pero en un balance general, fueron unos días de sobresaliente que me habría gustado comentar. Me gustaría haber hablado del magnífico Pregón de las Glorias de Francisco Javier Segura Márquez; y debería escribir magnífico en mayúsculas. Quien no tuvo la oportunidad de disfrutarlo, le recomiendo y casi le ruego, que intente verlo, leerlo o escucharlo, pues merece muchísimo la pena. Vinieron procesiones letíficas, y la salida extraordinaria de la Esperanza de Triana.
Quizás excesiva en tiempo, pero ya pasó el debatir eso. Vino el Corpus, los escaparates, los altares, la Hiniesta camino de la Plaza de San Francisco… La ciudad a rebosar, la procesión y ¿por qué no? el figureo de algunos…


Y aquí me hayo, a finales ya de Julio, sin haber hablado del Carmen, y tan siquiera, sin ánimo de amarillismo (o moradismo sería más adecuado) sin haber comentado nada del polémico Consejo de Adolfo Arenas, sin analizar la situación “preocupante” que viven algunas hermandades… Lo dicho, siento remordimientos por todo esto y vergüenza por el abandono de los Albores. Pero era miércoles, primer día de Julio, día en que nací y día en que me disponía a celebrar dicha efemérides. Había caído ya la noche, apurábamos las cervezas y entre el bullicio y las mesas altas, apareció lo que menos podíamos esperar; una Cruz de Mayo, mejor dicho, Cruz de Julio. Un grupo de niños avanzaba con su pasito entre la gente, sin importarles que estuvieran totalmente fuera de fecha o contexto. Parecían contentos con lo que hacían, y les daban igual los comentarios extrañados de la excelentísima bulla que les rodeaba… Entonces me di cuenta de que yo también estaba fuera de fecha para muchas cosas, igual que esos niños, pero que el “peso” de aquello no debía impedirme seguir adelante con algo que me ilusiona y que sé que con un poquito de constancia, podría darme muchas alegrías.

Una vez más, pido disculpas, y me reitero en mi propósito de enmienda para volver a retomar las riendas de esto; para con mejor o peor tino, llevar a buen puerto este espacio.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Demófilo, farolillos y arte



Muchas cosas unen a los dos hombres de la foto. En este caso, por estar tomada la instantánea en la caseta de la Hermandad de San Esteban, podría decirse que ambos están muy presentes en los dos pasos de la cofradía. Uno restauró el paso de Cristo tras un accidente y se vinculó ya para siempre a la Hermandad, el otro diseñó los respiraderos del palio aunque no figure en los lugares que debiera hacerlo.
Fuera de esto, ambos han contribuido desde diferentes áreas en la Semana Santa sevillana, y por ello, casualmente les otorgaron en 2006 el premio Demófilo de la Fundación Machado a los dos.
Don Manuel Calvo y don José Asián, Manolo y Pepe. En un plano más personal o menos formal, puedo decir que el primero me conoce de toda la vida, sabe que no tolero diminutivos con mi nombre, y regaló a mi familia una artesanía para que nunca nos olvidemos de él, para que no nos falte la salud y los buenos viajes. Buen viaje desde luego fue el que compartimos con el segundo. Con el cariño que ya existía, sumado al que aporta recorrer con alguien la ciudad eterna, me llama “su niña”, y se sacude la vergüenza cuando se lo presento a alguien y nombro una ristra de méritos… no lo puedo evitar, me gusta presumir de él.
Manolo recogió el premio Demófilo “A una larga trayectoria”; y que lo digan. Hasta hace muy poco, andaba en Cuaresma mirando de cerca nuestro paso de Cristo, repasando con su pincelito partes dónde el dorado flaqueaba, no como dorador ya, sino como hermano.
A Pepe le entregaron el mismo premio pero en la categoría de “Obra de arte permanente”, y lo que queda… Su último proyecto, el palio de la Virgen de la Cabeza, y seguro que detrás vienen más cosas.


A veces esta ciudad, la vida o la Feria, te brinda estas casualidades o dualidades hispalenses… o simplemente a mí me apetecía hablar de dos hombres a los que aprecio tanto y la foto era una excusa, vaya usted a saber.

sábado, 25 de abril de 2009

Dualidad hispalense

Una vez me dijeron que la Feria sirve para que los cofrades podamos recordar en ella la Semana Santa; y me pareció algo muy cierto.

Espero que sea una buena semana, con buen tiempo, buenas tardes en el Coso Maestrante, buenos ratos y sobre todo, buenos recuerdos de la semana que se fue.

viernes, 17 de abril de 2009

Azul de Viernes Santo


“La cortina del templo se rasgó de arriba abajo en dos partes, la tierra tembló y se hendieron las rocas…” Evangelio de San Mateo 27, 51.


Y así comenzó el Viernes Santo, de una forma tan desgarradora y rotunda.
Desde niña supe, como estas cosas que nadie tiene que explicarte, que la cortina del templo era la metáfora de la lluvia. Teniendo el precepto de las Escrituras, queda marcado el carácter del día, y en muchas ocasiones, la lluvia, que se invita sola, se escapa de mapas y cabañuelas… cuando ella falta y el Viernes es completo, nos brinda una de las jornadas más interesantes y bellas de toda la semana.
Bajo un cielo gris azulado, que el cielo sevillano se reserva un tono especial para el Viernes Santo, discurren siete hermandades antiguas, solemnes. Desafíos tradicionalistas a aquellos que piensan que ya todo es diferente, y nada más lejos de la realidad. El palio de La Carretería, romanticismo en estado puro, el hacer de Pepe Asián, nos recuerda que si hay algo más valiente aún que innovar, es tener estilo propio, sello único que debe ser cuidado con mimo. El crucificado de Ocampo discurrirá por la calle Gamazo, recordando madrugadas de siglos pasados, cuando la hermandad gremial de los toneleros procesionaba en ella. El Viernes además es el día trianero, en el que el viejo arrabal, por dos veces, muestra a Sevilla su hacer y su sentir. El Gólgota avanza por el Puente, mientras un Cristo gitano se enfrenta a su destino. Patrocinio y O lloran contemplando el final. Lloran como La Soledad de San Buenaventura, que intenta abrazar la noche, buscando el consuelo. También buscaban consuelo quienes instalaron la cruz en aquel enterramiento, a causa de la epidemia más grande que Sevilla padeció. En torno a esta cruz, se fundó la hermandad franciscana, que sigue recordándonos con la cruz lo que no debemos olvidar. El “jorobaito de Triana” nos mostrará su humildad, la soledad abrazando el carey, hasta que lleguemos a La Costanilla, sabiendo que no estaba sólo, que siempre hubo quien le tendió la mano… Le tendió la mano y el sudario, como nos muestra la Verónica en el cortejo de Montserrat, como la Fe ciega que en esta tarde nos devuelve la hermosura del creer sin ver, la tradición alegórica del Siglo de Oro. Todo se parará en San Pedro, piedra angular, punto de encuentro de mi presente y mi pasado. La plaza a oscuras, sólo rota por la campana del muñidor. Este momento, que según algunos amigos, haría llorar a cualquier niño de puro fúnebre, era algo que desde siempre me fascinó. Ejemplar cortejo que antecede el retablo en movimiento que por esa noche es La Mortaja. Es un día salpicado de mantillas, menos de las que me gustaría ver, es el abrazo de la plata y el oro en el palio de la Virgen de Loreto, “Soleá dame la mano”, oboe en capilla musical, incienso de vainilla. Humedad y azahar, sensación de que todo termina tan lentamente que casi se desliza, Viernes de Arenal y Cava, Alfalfa y Doña María Coronel.
Como casi todas las jornadas, el Viernes no está libre de ser objeto de planificaciones, inclusiones, remodelaciones… Tal vez cueste llegar al convencimiento de que es un día justo, perfectamente medido, con sus tiempos y su estética; tal vez cueste asimilar que no sea necesario sacar otro titular, y menos hacerlo en andas… o tal vez si… Pero cuando vuelva a vivir un Viernes Santo, preferiré no pensarlo… Preferiré perderme en las conversaciones de Jesús, Dimas y Gestas, en terciopelo azul y Cruz de Santiago, el llanto sin Consuelo y Margot en Molviedro…. Y pasado todo esto, las ampliaciones, los nuevos titulares y las inclusiones, volverán a tener poco peso, menos importancia, tal vez la justa para llenar páginas y horas de prensa morada el resto del año.
Quedan luces en La cava, fieles al otro lado del río. Mientras, Bustos Tavera está parada, quieta en movimientos y siglos, uno a uno, entran los dieciocho ciriales, el recuerdo de dieciocho teas, se pierde la campana, se cierra la puerta… Se ha vuelto a ir otro Viernes, hasta la próxima Semana Santa, como siempre, con la encomendación taurina de: “Si la autoridad y el tiempo lo permiten”


Publicado en el especial de Semana Santa de Casco Antiguo; gracias a Enrique Henares por confiar en mí para esto.

martes, 14 de abril de 2009

Quise…



Quise hacer algo bueno para este blog en esta semana, o al menos intentarlo… Quise imaginar el silencio al paso del Calvario, la alegría venida del Polígono en su segundo año, el arte de San Gonzalo cruzando el puente, o la serena perfección del palio de la Amargura… Quise pararme en cada día, quise desmenuzar cada momento, detenerme en cada instante y aspirar tan hondo que el incienso jamás se fuera… Quise pensar el futuro recordando el pasado… Quise ser azahar del palio del Silencio, cardo en la Canina y rosa de subterráneo rosa en la dolorosa homónima que cuaja de pleonasmos esta frase. Lo dicho, quise ser adoquín con cera y globo de helio en el parque… y no pudo ser, no he tenido tiempo, cosa que me temí. Algo pude hacer, no lo que me habría gustado pero de alguna forma quedan retazos de ilusión de futuro en esa otra casa dónde me permiten escribir, y ahí, torpemente intenté dejar huellas de días que a fecha de hoy son eco en las calles y vacío en el alma…
Por suerte, quedará tiempo para revivir lo vivido en los meses que vendrán.

lunes, 30 de marzo de 2009

De lo que viene


Al fin lo recogía, por fin estaba terminado. Otro anticipo de lo que llega, y en cierto modo la materialización de un sueño, y soy muy pesada con el tema, pero era mi sueño… Iba a la modista para traerme al fin el vestido negro de manga francesa y largo rodillero, el vestido de la mantilla. Caminaba pensando en mis cosas, que no es raro, cuando algo me sacó de ellas. Una niña, presumo que antes o después de la catequesis repasaba con su abuela el credo. No sé porqué me hizo gracia aquella niña, que poco a poco construía esa oración que yo aprendí hace tanto, que recé tantas veces, a veces creyendo más, a veces creyendo menos… En cierto modo era otro anticipo de lo que se acerca… Pasé por la parroquia, parroquia de barrio, de periferia, donde hace veintitantos años, cuando yo nací, aquello quedaba tan lejos de cualquier cofradía como de Hong Kong… Estaba la puerta entornada, y entreabierta se escaparon hasta mí notas de una marcha que no me gusta especialmente… pero bueno, también aquello era Semana Santa. Imagino que era la BSO de preparativos para el viernes, y los anticipos de la Gloria tienen ilimitadas formas, como la de esos naranjos que perfumaron mi camino, que no son de Mateos Gago, pero el azahar es sevillanía allá donde esté. Al llegar al portal me dí cuenta de que me había olvidado algo, pero bueno, a la vuelta podría hacerlo. Merendé en casa del Andréu sin el Andréu, en ese salón que va de la calle San Esteban al Paseo de la O, y vuelve de Sevilla a Triana cuantas veces quieras mirarlo… Tostadas o torrijas, de azúcar y canela, que hay que aprovechar estas fechas para comer estas cosas.
Última prueba, fin de alfileres e hilvanes… Entre túnicas de la Esperanza de Triana y trajes de flamenca a la mitad, salgo con el vestido en una percha; funda trasparente para que pueda verlo todo el camino de vuelta. El azahar sigue en la calle, y tengo una misión que ahora no se me puede olvidar. Entro percha en mano en un establecimiento dónde venden comida para perros, melisa para conciliar el sueño y productos adelgazantes. Poca gente sabe que allí se vende lo que yo compro, carbón. Se me había acabado, hacía días que no respiraba incienso… Carbón, ¿por qué los Reyes Magos no cumplen sus amenazas? ¿no he sido lo suficientemente mala? ¿no he sido lo suficientemente buena? Era un momento algo raro, en una herboristería, vestido mantillero en ristre, comprando carbón… Se me iba a escapar la risa tonta, al dependiente también; quizás ha sido el anticipo mayor, el momento más cuaresmal, o el más raro…
Y es que todas las señales lo indican, todos los caminos me llevan, todo parece gritarlo en silencio, secreto público que no se esconde, pero que nos gusta intuir…
Ya viene, de verdad que ya viene…

jueves, 26 de marzo de 2009

Tras el antifaz


No hay mayor ejercicio de soledad en compañía, nadie se encierra más dentro de uno mismo en una multitud tan grande… Tras el antifaz, da igual el color o el paño, puedes observar la vida, la Semana Santa, el pulso de la ciudad. Comportamientos ajenos, vivencias propias, recuerdos, planes de futuro, cansancio, cuestiones divinas y humanas, reflexiones… Situación de introspección que cada vez es más difícil de encontrar, sobre todo por el mundo en que vivimos; y una vez al año, bien durante cinco horas o catorce, puedes disfrutar de estar dentro de ti, rodeado de gente, partícipe de aquello que te parece el centro del mundo, el centro del tuyo en ese momento.

Para los que en esta Semana Santa realicen estación, de una forma u otra, buena Estación de Penitencia a todos, sobre todo a los nazarenos, anónimos y en ocasiones poco valorados, porque ellos saben por qué lo hacen.


Foto: Antonio Sánchez

lunes, 23 de marzo de 2009

Nuevos Albores de Primavera


Todo empieza de forma casi casual, son recuerdos prestados, de un tiempo que no viví pero que a fuerza de escucharlo, casi lo conozco ya. Paradójicamente, la primavera comienza en estos días, momento del renacer para las plantas, los sentimientos… y tal vez este rincón tenga un poco de todo eso.
Daría cualquier cosa por saber que estaré a la altura de aquellos, de Manolo Ferrón, de su compadre, de mi propia abuela Carmen que de vez en cuando deslizaba versos entre sus páginas. Pero eso nadie lo puede garantizar, como cada vez que se comienza algo, la incertidumbre es el muro más alto que tienes por delante; pero al menos no estoy sola, y espero que con la ayuda de unos y otros, esta especie de homenaje, que no recuperación (ya me gustaría a mí) de lo que fue Albores de Primavera, llegue a buen puerto. De entre todos, quiero agradecer a mi ¿tíaprima? (lo de los parentescos no lo domino mucho) Merchi, que me dejara usar el nombre de la revista de su padre, y a mi primo segundo Fernando, por dejarme las portadas, con la censura pasada y todo, por la información, y por todas las cosas que le pediré en un futuro… Que la señora de la Soledad se lo premie a ambos.

Como antes de realizar una Estación de Penitencia, me encomiendo a mis titulares, quizás de forma algo atípica, pero si cofrade. Al fin y al cabo, El Señor de la Ventana proporciona Salud y Buen Viaje, y esto no es más que una nueva singladura que hoy comienza.





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